Hoy dos de noviembre es el día de los muertos donde muchas personas aprovechan a recordar a sus familiares en los cementerios. Esta fecha fue vivida por el atacante del Sonsonate FC, David Boquín, durante cuatro años y tres meses desde 2012 cuando dejó el fútbol para trabajar como enterrador para sostener a su esposa y su pequeños, Belén y Lautaro.
“A los 20 años tuve a mi primer nene. Yo había debutado en All Boys, en la Primera B Metropolitana. Pero Belén, mi señora, quedó embarazada. No lo teníamos previsto. Simplemente, pasó. Dejé de jugar y entré a trabajar en el cementerio de Moreno de sepulturero”, expresó Boquín a un medio mexicano.
Su trabajo consistía en hacer exhumaciones, levantar cuerpos, entierros y servicios funerarios en el cementerio municipal de San Antonio de Padua en la ciudad de San Miguel, Buenos Aires, Argentina.
Los primeros días fueron complicados porque iban muchos familiares a enterrar y lo primero que te pasa por tu mente es que podía ser un familiar tuyo. Un compañero de trabajo me dijo que si iba a pensar en mi familia mejor dejara de hacerlo porque si no me iba a hacer mal a la cabeza”, afirmó el atacante cocotero.
Boquín dijo que al principio de su trabajo vivió momentos de película de miedo pensando que los muertos revivían. “Lo único que me asustó fue la primera vez que me tocó cremar, porque cuando un cuerpo se está quemando se queman los nervios y levantan los brazos. La primera vez pensé que de verdad estaban levantando el brazo. Después fue como algo gracioso que me pasó, porque el otro compañero se reía, pero alguna experiencia paranormal, por suerte, nunca me ha tocado vivir”.
Aunque, en su experiencia el atacante argentino vio que lo peor del trabajo de enterrador es cavar la tumba de infantes donde en cada momento pensaba en sus dos hijos.
Hacer exhumaciones, era feo, difícil, pero más difícil era cuando te tocaba enterrar a angelitos, chiquititos, a bebés, de uno a cinco años. Es por eso lo feo de enterrar una criatura que uno está esperando con tanto ansia y emoción y por otro lado te toca enterrar a veces a angelitos. Y la familia lo ve y también te juega en contra la mente”, subrayó Boquín.
Luego de tres años, volvió a las canchas con el Huracán de Tres Arroyos, pero siempre buscó otras fuentes de trabajo como cargador de cuero de vacas para luego despuntar en el Bella Vista de Bahía Blanca de su natal Argentina y recalar en el Apertura 2019 con el Sonsonate FC para marcar ocho goles en 29 juegos. Dos dianas en el actual torneo con los cocoteros siendo el referente ofensivo de los occidentales
“Cuando uno deja de jugar uno extraña el vestuario, a los chicos, llegar cansado y despertarte para ir a entrenar, ver con quién juegas el siguiente partido. Fue lindo volver a la cancha y más cuando me realizaron el contrato; volver a jugar, recibir un salario, tener un contrato y con un sueldo, fue un momento muy feliz”, manifestó el atacante argentino.
Boquín no se arrepiente de haber sido enterrador por haberle enseñado a valorar lo que se tiene. “Que lo usen como fuente de trabajo y no piensen en nada raro porque les puede hacer mal a la cabeza o a la salud. Tomarlo con responsabilidad. Al frente hay familias que están perdiendo un ser querido, así que siempre con respeto, haciendo el trabajo bien para llevar un plato de comida a su casa. Que no se apenen de ser sepultureros porque es un trabajo muy digno, muy sacrificado. Recibir 8 o 10 muertos por día y tener que enterrarlos no es nada lindo”.
¿A qué equipos le ha marcado David Boquín en Sonsonate FC?
- Isidro Metapán (dos veces)
- C.D. Águila
- C.D. FAS (dos veces)
- Santa Tecla FC
- AD Chalatenango